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La santería o Regla Lucumí

la santeria o regla Lucumi
La santería o Regla Lucumí
"Soy clarividente y comprobado, hasta por los médicos.
Lo que mis ojos ven, eso es,
pero no tengo el poder de curar.
Pero otros santeros sí pueden curar también".

Entrevista con la santera Antonia María Carrillo Entenza,
en: Vocabulario santero, de Tata Gaitán
(Caracas: Editorial Panapo, 1994. p. 9)
.
Como se estudió en el documento sobre la presencia africana en América Latina, una forma de resistencia cultural muy importante para los esclavos fue mantener su religión de origen. Ya que estaban obligados a participar en los ritos católicos, la gente de ascendencia africana produjo una religión sincrética y secreta, que combina las creencias cristianas con las africanas y las indígenas. Entre las más diseminadas hoy se encuentran la santería (Caribe, especialmente Cuba, la Florida, Venezuela, Centroamérica y Nueva York), el candomblé (Guayanas y norte de Brasil), el vudú (Haití) y la macumba (Brasil).
Las raíces de la santería se encuentran en la religión Yoruba de lo que hoy es el suroeste de Nigeria y el este de Benín, en África occidental. Su punto de referencia es la ciudad sagrada de Ifé, donde, según el investigador Leo Froebenieus: "el tiempo transcurre lentamente, por la distinción y la cortesía de sus habitantes" (citado por Güerere, Tabaré. Las diosas negras: Santería en femenino. Caracas: Alfadil, 1995. p. 53). Los yorubas fueron uno de los muchos grupos lingüístico-religiosos a los que pertenecían los esclavos traídos a América hasta el siglo XIX (recuérdese que la esclavitud fue legal en Cuba hasta 1886, cuando había cerca de 400 mil esclavos, y en Brasil hasta 1888). Dentro de las religiones originales yorubas (hay varias vertientes), se concibe la siguiente jerarquía espiritual (información tomada de: Brandon, George. Santería: From Africa to the New World. Bloomington: Indiana UP, 1993. 12-18):
Es el creador y único Dios. De Él proviene la energía que sostiene el universo entero, y que se llama Ashé (comparable al Chi o al Tao en religiones orientales, y a la Gracia cristiana). Olodumare nunca puede representarse pictóricamente y no tiene atributos humanos. Sin embargo, otro nombre más humanizado de Olodumare es Olorún, figura masculina cuyo nombre significa "dueño de los cielos".
Directamente emanados de Olodumare, los y las Orichas son guardianes e intérpretes del destino universal. Algunos fueron humanos en un remoto pasado, y por su vida extraordinaria llegaron a la dignidad espiritual de los Orichas. Son venerados con rituales, música, comidas especiales y oraciones, y se manifiestan a través de sacerdotes y/o sacerdotisas que poseen o habitan temporalmente. Ofrecen ayuda y consejo en todos los campos de la vida.
Son los ancestros o antepasados directos de cada familia, venerados en sus propios altares familiares o comunitarios. Su misión es asegurar la continuación de la sociedad Yoruba y de la justicia social a todos los niveles. Son también, en general, los espíritus de personas fallecidas.
Los seres humanos
Esta categoría incluye tanto a las personas que están vivas como a quienes están por nacer. Su poder es fundamental, porque sólo los seres humanos pueden realizar las intenciones y deseos de los Orichas. Sin embargo, son libres de hacer el bien o el mal.
Las plantas y animales
Son mutuamente dependientes de los humanos, quienes a su vez los necesitan para su supervivencia y alimentación. Son fuente de curación, alimento y sacrificio. Plantas, animales y humanos dependen todos de la tierra, divinizada como Onile.
Las otras cosas
Piedras, nubes, ríos y metales se consideran seres con voluntad, poder e intención. Los astros son la residencia de los Orichas, los Egungun y de Olorún, quienes pertenecen a otra dimensión paralela a la visible.

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