Hoy
vamos a hablar de los “ingredientes” más habituales en los hechizos de la
santería.
Los
rituales más sencillos, los hechizos y prácticas mágicas se apoyan en todo un
mundo de elementos tomados de la naturaleza, trabajados y ritualizados para
aportar una mayor fuerza a las peticiones que se hacen a los Santos.
En las
botánicas los productos esotéricos más frecuentes son los aceites, polvos,
esencias, inciensos y sahumerios llamados de propósito.
La
misma denominación nos indica ya su uso, para un fin o propósito determinado,
que puede ser benigno o no.
Las
maneras de su uso son múltiples y varían según las necesidades de cada ritual.
En
estas entradas os iré diciendo cuáles son los más usuales, los más efectivos,
los “inventados” y los tradicionales. Para qué sirven y cómo se utilizan.
Entre los productos que se encuentran en las botánicas los más demandados son los aceites de propósito, también conocidos como aceites de ritual.
El aceite en sí es un excelente condensador de energías, aromas, fluidos místicos que aportan a las peticiones una carga mágica de poder adicional para reforzar cualquier trabajo o petición.
Hoy en día las botánicas los venden en atractivas botellas, precintadas a máquina. Y el proceso de su elaboración no está del todo claro, ya que se hacen a escala industrial. En este caso sólo contienen la fuerza de los productos utilizados en su elaboración.
Antaño, estos aceites se obtenían macerando durante un tiempo los elementos naturales de su composición, molidos o machacados en un mortero de madera o bronce, con sus invocaciones y cantos correspondientes, pocos pai do santo, paleros o santeros recurren al modo tradicional de confeccionarlos. De su escasez y dificultad para encontrarlos, y la fuerza que contienen, su elevado valor.
Su principal uso es para ungir velas, amuletos, unas gotas en un baño de descarga e incluso ungir partes del cuerpo de la persona.
Cuando se necesita ungir una vela con aceite para realizar un ritual, se procede de la siguiente manera: se coge la vela con la mano izquierda y con la mano derecha se extiende el aceite desde el centro hasta la mecha de la vela girando la muñeca derecha hacia abajo mientras con la mano izquierda la ungimos desde el centro hasta su base girando la muñeca hacia arriba. Es un movimiento similar al estrujar la ropa mojada para escurrir el agua.
Puedes encontrar aceites clickando aquí.
